El sábado pasado, mientras viajaba en metro, alguien decidió que mi bolsimochila le iba mejor a él que a mí y me la arrebató mientras yo dormía. Podría parecer muy cómico pero no lo es. O sí, pero no para mí, pues nunca antes me había pasado que mi sueño fuera tan pesado que no me di cuenta ni supe cómo fue el momento en que este finísimo tipo -o tipa- me despojó de la bolsa.
Desperté exactamente en la estación a la que iba. Sólo que en dirección contraria cuando el tren ya había dado la vuelta y recorrido cerca de 30 estaciones en total, mientras dormía.
Lloré como magdalena en los andenes de una de las estaciones más concurridas de la líneazul del metro del puritito coraje, tristeza, infelicidad y por puto, claramente. Me enojé, como quien se enoja con la muerte, de algo inanimado y estúpido: mi enfermedad. Aparte, que por quedarme dormido, no sé si por narcolpesia o por flojera -de verdad no sé qué fue esta vez. Y no es pretexto-, no llegué al lugar donde me vería con Fáyer y Jordy para ir con Lilián a emborracharnos de queso y empacharnos de vino, o al revés a la provincia queretana. Supongo -no he leído sus blogs- la pasaron bien chido.
Me robaron, evidentemente, la bolsa que me acababan de regalar hacía menos de una hora. Unas llaves que no eran mías y que tuve que reponer, sin contar el llavero cuyo valor sentimental es cuantioso -eso dicen todos, pero sí-y que no hubo ni cómo hacerle, sólo pedir perdón. Un cargador de celular, el segundo que pierdo en menos de dos meses. Dinero y cigarros. Dos cajas NUEVECITAS de modiodal, que fue lo que más me dolió.
Dinero va y viene y las cosas materiales también y blablablá pero pinche gente. No pinchesmamen, qué coraje. Todos los que me vieron ese día pueden hacer constancia de mi estado de ánimo tan cambiante -más que de costumbre-, mis enojos, mis achaques y todo eso. Mi antojo de helado y mis quejas por aquel espantoso de coco que me compré en Coyoacán.
Pasaron los días y pasaron los días y pasaron los días. Y que aunque no fueron tantos se me hicieron eternos porque dormí como nunca y como siempre. Hacía nada y volvía a dormir. Todo esto porque aparte soy bien codo y para no tomar el modiodal que me quedaba, pos dejaba que la enfermedad siguiera su curso y dormía cuando fuera necesario. Y nunca era suficiente.
El miércoles decidí dejar atrás todo eso y salir de la hibernación y comprar modiodal.
Y que me asaltan.
Un güey, cerca del centro en la tardinoche, cuando iba de regreso, salió de repente y me amenazó con un cuchillo. Me dijo que le diera todo el dinero, pero pa' como están los tiempos supongo que él traía más varo que yo. Le dije que no tenía nada y saqué mi cartera, se la enseñé y efectivamente: nada. Apenas me quedaban como veinte pesos en monedas, de cambio. Pero de tonto le decía. Si no, cómo regresaba.
Me pidió mi celular y se lo di. Cuando el tipo vio que era uno de esos chafitas que cuestan como 300 dineros se rió de mí. Me dijo que era yo un jodido. Cuánta razón tenía. Y cuánto cólera me dio que me lo dijera. ¡Cómo alguien que asalta a la gente le dice jodido a otro! No'más porque mi celular es uno de los baratos me dice jodido y ahora pues no lo tengo. Él me lo quitó. Y... y... y... sí, estoy jodido.
Mueran todos.
Si me buscan, estoy incomunicado así que no me encontrarán. Dejen prendo el Biper.
12 comentarios:
¡El biper! Eso es tan 1998. Me encantan los bipers. Soy tan 1998.
Oye, pero lo bueno es que no te hicieron nada. Pudieras estar peor.
El biper es el padre del sms -la madre es el celular- y el hijo del telégrafo. Sí, el telégrafo tuvo hijo ya viejo y casi muerto. PEro lo tuvo.
La verdad no sé qué decirte. Quizás sólo que sepas que lo siento mucho.
No hay consuelo más falaz que te digan: "lo bueno es que no te hicieron nada". El coraje está ahí, es legítimo, te agolpa la sangre en las sienes...
Dan ganas de salir con un cuerno de chivo y coser a balazos al primero que te tuerza la boca; dar puntapiés a la menor provocación y ser ostentosa y aparatosamente culero.
Y deberíamos de serlo, porque la ciudad se alimenta de nosotros, de nuestros corajes y nuestras iras más ponzoñosas.
Sobra decir que me apena lo que te ha sucedido. A mí también a venido esta cochina metrópolis a escupirme en la cara y no hace falta decir que estamos sumidos en mierda.
Enójate, amigo... Pinche ciudad y pinche gente. Al menos no eres el único que sigue vivo en la ciudad.
Permíteme reponer una h que me comí en un verbo en el comentario anterior.
(h)
Gracias. Maldita distracción.
¿Que te digo?
Pues la neta no hay nada que pueda hacerte sentir mejor. Ya ni ganas de vengarse... hasta eso nos han quitado. En fin, solo espero que te vaya mejor esta semana próxima y te mando un abrazo desde acá.
Gezeta, a pesar de que ya me habías platicado qué había sucedido en estos días, no puedo evitar sentir un chingo de coraje por esto de los atracos. Mi coraje, impotencia y frusración debe ser una cienmilésima parte de lo que tienes tú, pero lo importante es comenzar a drenarlo, sacarlo, platicarlo, llorarlo. Creo que ya estás en ese camino, y aunque un post no te devolverá el Modiodal así como así, ni te quitará el coraje y el susto nomás por escribirlo, acá estamos los amigos para, por lo menos, servir de soporte o apoyo. No tengo casi lana, pero te invito a comer unas tortas o algo ahí por el centro, goe. Abrazo.
Yo quería hablar del biper pero ya quemaron todos los chistes.
mal y de malas...
hay que hacerse una limpia mi querido amigo Gezeto...
y esas las hacen muy bien por aqui en Oaxaca.
Te voy a contar algo que me dijeron hace poco, aunque igual y me dices que vale para pura madre y que nopinchemame o algo así...
cuando perdi/robaron mi ayfoncito me dijeron que es algo que me generé, y que cuando uno pierde cosas es porque hay algo que uno no quiere "soltar" y termina dejando ir otras cosas...
a mi la verdad me enojó más el comentario que lamadre..
pero, igual y a ti si te sirve, o..
aunque sea ayuda a sacar un poco el enojo...
no se..
esas cosas son feas..
y, pos.. agüitan.
un abrazo.
¡MI GEZETA! No mames, no había leído este post. Sí supe por el Twitter que te asaltaron pacíficamente el sábado, de hecho eso es lo que nos imaginamos exactamente, que te habías quedado dormido en el metro, pero lo del segundo atraco ni supe. Neta no mames, qué poca abuela. Pero yo siempre pienso que cuando le pasan tantas cosas malas a una sola persona es sólo porque su karma se está limpiando y las pequeñas haditas de la bondad le están preparando cosas muy chingonas a continuación. Bueno, algo así mi teoría, pero menos gay.
Neta no te preocupes, lo del queso y el vino fue tan sólo el mejor día de nuestras vidas, no es cierto, digo, erhrhf, ¡habrá otras ferias del queso y el vino! Y si te unes, prontamente queremos ir a Six Flags y cosas así a todo dar para que no te angusties. Haremos cooperacha para comprar Modiodal.
ABRAZOTE.
Quise no reírme de lo del celular pero no pude evitarlo, snif. Perdóname hijo, sabes que a veces tengo un sentido del humor cruel.
jajaja no mames we q mala suerte tienes aste una limpia no ma ami me paso = con lo del celular me iva bajando en el metro tacuba linea naranga venia del rosario y 2 pendejos se me acercan y me dicen afloga todo lo q traigas le doy mi cel se echaron a correr y yo me quede con cara de WTF no mames me quitaron mi cel carisimo d 100 pesos del tianguis y cuando d repente veo q se acercan y me lo aventaron en la jeta y me dicen pinche jodido no mames jaja chale pinh gente es rete finisima en el metro :P
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