martes, 19 de abril de 2011

Post visceral y críptico sobre herencia musical, llanto y así.

No he llorado una lágrima por alguien cuando termino una relación desde que tenía 18 años y a esa edad era yo un tonto y sentimental y tonto e inmaduro y tonto que se enamoraba cuando alguien cruzaba la mirada conmigo y lloraba cuando ya no. Aprendí que llorar por una relación terminada es de lo más estúpido. Duele pero llorar no sirve de nada -como llorar por cualquier cosa, casi-. Y eso que soy muy llorón. Lloro cuando algo me atormenta, me estresa y me oprime. Lloro cuando sé que no puedo más y estoy harto o frustrado.Y cuando lloro me siento mejor.

Por una relación terminada no lo hago porque duele. Y duele y duele más. Y lo sabemos; o lo sé, O no sé. Me pasa que se vuelve un círculo vicioso. Y si lloras te sigue doliendo, te sientes tranquilo un rato pero duele. Aprendí a ser muy estoico... o insensible, no lo sé pero no lo hago.

Tengo una forma muy rara de acordarme y olvidar a una persona a la vez: heredo su musica. Esa música que a la otra persona le gustaba, ahora me gusta, ahora la escucho y recuerdo bonitos momentos -aunque estos no estén relacionados con alguna canción especificamente- y aprendo a sanar la herida al mismo tiempo; para que no duela después y todo sea como si nada hubiera pasado. Duele al principio pero es cosa de acostumbrarme, nada más.

Fui así como amé a Radiohead, a Coldplay, a Jason Mraz, a Nirvana, a Regina Spektor, a Interpol y muchos más. Al principio me dolía escucharlos y ahora se me hace de lo más normal. Así cuando escucho una canción no tengo que decir que "esa era mi canción con X" sino disfrutarla y ya. Tal vez es como un tipo de terapia de exposición, o masoquismo. Quién sabe.

Ahora... todo se resume a ahora: suelo escuchar a muchas bandas que no "son mías". Y empiezan a gustarme pero no quiero. No quiero que me gusten, no quiero olvidar, no quiero sanar, no quiero que formen parte de mi playlist algún día y ya así sepa que se acabó, quiero que me duelan siempre, o al menos cuanto esté dispuesto a soportar. Quiero que eso bonito que siento al escucharlas no se vaya desapareciendo, no quiero que desaparezca, no quiero que no quiera, no quiero que no me quieras.



Hoy... después de muchos años, de no hacerlo por una relación que termina, bien hace falta decir que esta vez sí quiero llorar.

5 comentarios:

::: P-lón ::: dijo...

Hola GZ citando a José Zorrilla en Don Juan Tenorio.

Uno para enamorarlas,
otro para conseguirlas,
otro para abandonarlas,
dos para sustituirlas
y una hora para olvidarlas.

Ánimo

Alice dijo...

Wow.

Creo que recientemente hice lo mismo. Heredé la música. También pasa que soy muy pero muy pero muy poco musical y él es muy pero muy pero muy musical.
Ahora hay un par de canciones que no puedo escuchar pero que además sé que en el futuro siempre que las escuche irremediablemente pensaré en él.

Y de llorar. Yo soy bien llorona. Lloro por cualquier cosa que me toque el corazón y la lista es amplia. Pero leí que llorar sin detenerte, hasta que el cansancio te gane, limpia. Entonces, si tengo que llorar por cualquier cosa perdida, una relación, un sueño, lo hago. Lloras y lloras y lloras y de pronto, se acaban las lágrimas, se limpia la mente y si, el corazón aún duele un poco, pero tienes mejor suelo que pisar para seguir adelante.

Me gustó tu post críptico emocional.

Ms Dan Flowers dijo...

Mariquita jajajajajjaaja

Ok no, el llanto sirve muchas veces para sacar frustraciones, estrés y dolor. Pero creo que tu eras una 'drama queen' en toda la extensión de la palabra.

Al menos se te ha quedado buena música, casi toda. Sólo ruego al señor todo poderoso Jared Leto que no andes con un ranchero o un tipo de Sinaloa( Nomeimportadedondeseas).

Kyuuketsuki dijo...

A veces sí es necesario llorar por las relaciones perdidas. Es mucho más sano que fingir que no pasa nada. Incluso la catarsis a través de la música se queda corta.

altersonik dijo...

Indudablemente recuerdo a la gente por la música, no puedo dejar de escuchar ciertas canciones y recordar... dicen que recordar es volver a vivir... y si soy chillona...