jueves, 29 de octubre de 2009

Alguna vez dije: "Cuando viva solo, voy a comprar mucho queso, y sólo eso voy a comer"


Y ahora estoy obeso.


Siempre he sido fanático de los quesos. Cualquiera que éste sea. No importa si es suave, duro, añejo, azul, enchilado, seco o fresco. Todos son geniales. No he encontrado hasta el momento alguno que no me sepa bueno.

Desde que tenía como 7 años tuve la inquietud de probar todos los quesos existentes. Pues cuando iba al súper con mi mamá, me sorprendía ver la cantidad de ellos. Mi mamá me compraba uno que venía en triangulitos que se llama "La vaca que ríe", buenísimo; Me encantaba también, cuando iba a visitar a mi abuela y ella preparaba queso fresco; Hay un queso de la costa de Oaxaca que se llama "de prensa" que en textura es muy similar al Cotija, más no en sabor. Es delicioso; De las pizzas siempre me han gustado las que lleven más queso. Cuando era niño pedía, o bien de 4 quesos*, o una margarita (la que sólo es con salsa de tomate, orégano y queso), y si había que pedir de otra que no fuera esa, la pedía con extra queso.

Siempre he creído que el queso es un alimento maravilloso. Puede usarse para preparar infinidad de recetas como ingrediente principal, o puede ser excelente acompañante de muchas otras. Yo, soy de la idea que el queso le va a todo. No importa qué haya de comer, siempre debe existir una variedad de queso que le vaya a esa comida, como "guarnición".

Cuando estaba en la prepa, compraba, del dinero que me daban para mi semana, uno o dos pedazos de queso distintos en el súper, para probarlos. Decidía en qué sería muy bueno ese queso. Y si me gustaba mucho, repetía la dosis la siguiente semana.

Cuando empecé a trabajar, que ya podía darme más lujos, me compraba de aquellos que son más caros, igual sólo para probar y adoptar, tal vez, algunos como parte de mi dieta. Algunos de ellos en tiendas especializadas. Mis amigas francesas (Blabdy y Flo), que decían que yo era un francés nacido en México, me apodaban "Monsieur fromage" (Señor queso) pues siempre quería intercambiar recetas con ellas, y yo me interesaba particularmente, en aquellas en donde hay queso de por medio. Me mandaron alguna vez un libro de quesos franceses. De los cuales, obviamente he probado como el 2%, que son de los que venden acá, o de los que ellas me han mandado.

Alguna vez dije: "Cuando viva solo, voy a comprar mucho queso, y sólo eso voy a comer" Y eso he hecho. Yo, prefiero comer queso, por encima de la carne. La carne me harta a veces y prefiero algo un poco más vegetariano y/o con queso, obviamente. El queso es genial. ¡Simplemente maravilloso!

En mi refrigerador (pero hoy no, porque ya me lo acabé casi todo) generalmente se puede encontrar: queso de prensa, queso fresco, quesillo (queso Oaxaca), queso manchego, queso cotija, queso seco, queso mozzarella y algún otro que haya comprado.

De verdad que puedo pasar toda mi vida comiendo sólo queso. Bueno, menos el amarillo, porque ese sólo es bueno si no nos excedemos. Y en los nachos. Pero de todos los demás sí. Por eso estoy gordo.


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*Nunca pidan la pizza de 4 quesos de Domino's. Es asquerosa. Usan una combinación rara de quesos que se obtiene de la leche de alguna vaca radioactiva. Bueno, no lo creo, pero no usan la combinación de 4 quesos de algún restaurant italiano.

miércoles, 28 de octubre de 2009

¿Qué pedo con la vecina del 304?

Cuando uno se muda a vivir a cualquier lugar, deberían de dar un manual con las reglas para comportarse con los vecinos. Reglas básicas que sólo incluyeran unos cuantos puntos primordiales para llevar una relación cordial con aquellos que viven al lado, o enfrente de uno.

Un vecino, si bien, no es necesario que sea nuestro amigo, debería ser alguien en quien podamos confiar y ayudarnos unos a otros, en caso de que alguno lo necesitara. Pero en este mundo existen seres, que parece que nacieron en una cueva, alejados de la sociedad y que aprendieron a vivir así. Y que luego, en edad ya adulta los atraparon y no pueden acostumbrarse a la vida en cautiverio: Como mi vecina, la del 304, que para fines prácticos la llamaré: la vecinadeltrescientoscuatro, que se cree dueña del edificio en donde vivimos.

Vivo en un edificio que tiene varios departamentos. Veo entrar o salir mucha gente todos los días. Ya me familiaricé con algunos de los vecinos, y siempre he tratado de ser amable con todos, para recibir el mismo trato de ellos. Pero esa señora ¡Argh! por más que uno intenta, no'más no se deja domesticar.

Para empezar: TO-DO el santo día, la vecinadeltrescientoscuatro se la pasa regañando a su hija imaginaria, con llantos reales. Es que nunca he visto a la niña. Sólo la he escuchado llorar cuando la regañan por llegar 3 segundos tardes a la mesa, a comer, después de que le ha gritado que vaya a lavarse las manos, 2 segundos después de que le ha dicho que deje de jugar. No entiendo, de verdad, a esa gente que tiene hijos sabiendo que no los quiere o que no tienen la paciencia para aceptar que los niños son... pues niños. Llamaré al DIF.

Cuando el marido está en casa, no se oyen gritos de la señora hacia la niña. Sólo los del marido hacia la señora. De ahí viene, seguro, que la vieja ésta, se desquite con la pobre chamaquita.

Este chisme se quedaría en eso, de no ser porque la vecinadeltrescientoscuatro es toda una fichita.

Desde hace un mes más o menos, la chapa de la puerta de la entrada principal del edificio ha estado fallando, y se discutió entre todos, la posibilidad de cambiarla, porque a veces uno se tomaba hasta media hora en lograr abrir. El pedo fue que esta señora. De buenas a primeras, decidió un día cerrar dicha puerta con doble llave. Le puso llave a la otra chapa, de la cual, nadie, sólo ella tiene la llave, porque que'sque es la encargada del edificio. Esto provocó el enojo no sólo mío, sino de los otros vecinos, porque cerraba como a las 9 de la noche, y a esa hora muchos ni siquiera han llegado a su departamento. El problema real venía para los que no tenemos coche, pues no podemos entrar por alguna de las cocheras.

Un día, fui con mi roomie al gualmar que está a dos cuadras de la casa, a hacer el súper. Fuimos como a las 10, porque a esa hora casi no hay gente y es bien cómodo pasearse por los pasillos vacíos y ligar cajeros evitar tanta gente en las filas; total que para cuando regresamos, ya la vecinadeltrescientoscuatro había cerrado con llave la otra chapa. Se nos hizo fácil y obvio, tocar su timbre, pues si sólo ella tenía la llave, pues tenía que bajar a abrirnos. Tocamos el timbre varias veces. Hasta que respondió:

Vecinadeltrescientoscuatro: ¿Quién?

Nosotros: Los vecinos del 301, ¿puede abrirnos por favor? No tenemos la llave de la otra chapa. Y está cerrado.

Vecinadeltrescientoscuatro: Sí, ya está cerrado... Pero mira, pueden tocarle a otro vecino ¿Por favor? Porque estoy enferma de la gripa y está haciendo mucho frío, y pues no puedo bajar.

Nosotros: Peero... (y colgó su interfón)


Lo que tratamos de decirle es que nadie más tenía esa llave. Y sí, porque estuvimos tocando los timbres de los demás vecinos y nadie tenía. De no ser porque un vecino bajó y nos abrió una de las cocheras, pudimos entrar. Sino, nos íbamos a quedar de homeless toda la noche. Bueno, o hubiéramos llamado a un cerrajero.

Cuando subimos. Fuimos a tocar la puerta de la vecina, pero ésta había apagado todas sus luces, sólo para hacerle al cuento de que ya estaba dormida, porque al rato las volvió a prender.

Al otro día, todos los vecinos fuimos a reclamarle y ella se defendía con argumentos absurdos de que lo hacía "por nuestro bien, y por la seguridad de todos los que vivíamos en el edificio". ¡Patrañas! Se decidió, pues, que no volvería a ponerle llave a la otra chapa, y compusimos la chapa que no servía. Y todos felipes y con tenis. Todos, menos ella. Porque cada vez que nos la topamos, no nos regresa ni el saludo. ¡Pinche vieja malcogida!

¿Qué pedo con esa gente que no sabe vivir en armonía con los demás?

martes, 27 de octubre de 2009

27. Blogroll













Sólo por única ocasión "no en viernes" porque estamos celebrando que ya tengo internet. De nuevo, de nuevo.

Este es un pequeño homenaje a esos blogs que me gustan tanto. Faltan muchos más, pero es dificil incluirlos a todos.

sábado, 24 de octubre de 2009

Me robo los botecitos de leche del Vips

Hace unos días, uno de esos en los que iba a Vips a surtirme de café refill (que no sabe tan mal, ya que te acostumbras) e internet, por supuesto; tomé sin querer una de las "lechitas" que dan para acompañar el café y la metí en mi mochila a la hora de que guardaba mi mercado. Porque han de saber que voy con compu, cargador, celular, libreta, porque luego ando dibujando gente, cosas y/o animales, cigarros, encendedor y todo eso.

Para cuando llegué a mi casa, me sentí el ladrón más miserable del mundo y quise correr al Vips a devolver la lechita que me robé. Y pedir perdón por tan miserable crimen, y tal vez huir a algún país de Europa del Este, en donde me cambiaría de nombre y me volvería un mercader de libros en el zócalo de la capital de esa ciudad... Pero ¡né! Me dio flojera bajar 4 pisos, caminar 3 cuadras y regresar la misma cantidad de calles y pisos; entonces la metí en el refri, y se quedó ahí la pobrecita, abandonada a la deriva. Snif.

Hasta que, un día en el desayuno se me ocurrió prepararme un té de hierbabuena. Y la brillante idea de echarle la lechita robada del Vips se presentó.

¿Por qué nadie me dijo antes que el té de hierbabuena sabe TAN DELICIOSO con leche?

A mis veinticinco años no había probado una bebida más rica que esa. Bueno sí, la malteada de fresa, el chocolate blanco frappé del Café Punta del Cielo, el tejate, el agua de maracuyá, el Vodka con jugo de uva, o piña, las micheladas, el ruso blanco, el café, el Alfonso XIII, el agua de cebada, el agua de jamaica muy fría, el agua de pepino con limón, el jugo de naranja con betabel, el chocolate caliente y el té negro helado. Pero nada más.


¡Los odio a todos por no decirme! Los odio por guardarse ese secreto y hacer que me haya perdido de esa delicia por tanto tiempo. Bitches!


Ahora, he olvidado el pudor y cada vez que voy a Vips me robo los botecitos de leche y los guardo en mi mochila, pa' usarlos pa' mi té de hierbabuena ¿Y qué?


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Mi siguiente paso será, el consejo que Lady Jesus me dio. Cito textualmente:

"Pide algo y cuando ya casi lo termines, ponle un cabello y diles: -esto tiene un pelo-. Y será gratis".



UPDATE: O lo que me dijo SalDip:

"Lo que si te recomiendo es que... te lleves los envases vacíos (sin la tapa) y los reemplaces por los que te llevas... porque sí se dan cuenta... pero ya si haces el cambio... no pasa nada =D"

¿No es un genio?

viernes, 23 de octubre de 2009

martes, 20 de octubre de 2009

Impuestos, impuestos y más impuestos

(O, el efecto Twitter)

En estos días en que no tengo internet en casa, ni televisión; no me he enterado de todo lo que pasa en el mundo exterior. Antes, solía a alguna hora de la comida ver las noticias o entrar a Gúgul nius y ponerme al tanto de lo que pasa en el mundo, de ese modo; pero ahora no he podido. Aprovecho el poco tiempo que me conecto para chatear, facebookear y tuitear. Como TO-DA la gente normal debería hacer.

Ayer que me desconecté, dejé todo tan tranquilo. Y cuando llego hoy ¿Qué me encuentro? Que se aprobaron los nuevos impuestos: Del 3% Para el cable e internet; 26.5% a la cerveza; un gravamen del 170.9 % a los cigarros, entre otros. Y el tan sonado aumento al IVA; que'sque ya no es del 17% como iba a ser, sino del 16% ¡Uy no, pues gracias! ¡Malditos bastardos!

Como era de esperarse, en Twitter todo mundo está indignadísimo cambiando al mundo desde su teclado, mientras yo escribo esto. Pero la neta no cambiaremos nada desde ahí. Digo, yo también ando indignado porque ahora pagaré como 12 pesos más al mes por mi conexión a internet (ah porque ya tengo ahora sí) y unos 5 pesos más por mi cajetilla de cigarros. Pero bien dice el dicho que el que se enoja pierde. Ya sé, ya sé. CON-FOR-MÁN-DO-ME tampoco gano nada. Pero si al menos eso me hace vivir tranquilo pues lo estaré.

¡Ya sé, ya sé! Que en Finlandia por derecho tienen internet de un mega de velocidad los ciudadanos. Pero: mi'jos ¡es Finlandia! Uno de los países menos corruptos del mundo. Para que eso pase en México nos hace falta mucho.

También estoy enojado no se crean. Pero tuiteando a lo güey no cambiareos al mundo ¡Sí! ¡que el Trend Topic y la chingada! Pero ¿El Trend Topic pagará su cuenta de internet? Porque aparte estoy seguro que muchos lo hacen por eso. Ya sé, ya sé. Los medios volteando los ojos a su protesta y sus palabras saliendo en las noticias... Pero ¿Los medios pagarán sus impuestos? NOOO, ¿VERDAD?. Así que mejor tranquilícenseme. No les vaya a dar azúcar y no no no. No queremos eso. Porque seguro estoy que muchos no tenemos seguro médico. Pero nos preocupa más el interné.

Lo sé. Yo soy un vicioso del interné también. Y también me afecta, porque no crean que como muchos, también me pregunto: ¿Y ahora qué sigue, malditos diputados de mierda? Pero creo que hay formas más importantes de hacerlas. Y creo que tuiteando no lo lograremos. Ya lo dijeron por ahí ¿Qué tal que cancelan su contrato de internet? Eso les dolerá más a las compañías y podrían interceder con el Gobierno y blablablá, pero ¡ñé! ¿No lo haremos verdad? Bueno. Tantos que somos ¿¡y nadie tiene un amigo hacker que le tire la red a los del gobierno y le deje esos mensajes que están poniendo en sus timelines!? Chaaale. Yo no tengo chingáos, si no con gusto se los prestaba.

¿Entonces? Pues dejen su fóquin computadora y salgan a la calle a protestar (Que a ver si eso sirve de algo). Si salen, los acompaño con gusto. Pero eso de ser organizador yo, nunca me ha gustado. Porque déjenme les digo, que acá afuera (Por que ando desde un parque u_u) El mundo se ve tan normal como siempre. Uno esperaría que después de leer a los tuiteros indignados, uno saliera a la calle y viera a la gente indignadísima también, porque el IVA es de 16% ahora. Pero todos están tan normales como siempre ¿Es que, ya estamos tan acostumbrados que no hacemos nada?

Y pues ya porque si no me indigno y me pongo a tuitear compulsivamente.


lunes, 19 de octubre de 2009

Mi trauma con las agujas

Hace un par de años descubrí la raíz de un trauma que –casi- siempre he tenido: miedo a las agujas, inyecciones y todo tipo de objetos punzo cortantes de punta muy fina.

Estaba estudiando en casa de un amigo. Él sacó una jeringa de su empaque y como si fuera dardo trataba de ensartarla en una manzana que estaba a mi lado. La escena me puso de nervios sin saber por qué. Me daba mucho miedo que no le atinara y la aguja se me clavara a mí, o no sé qué pero me asusté mucho. Le dije que se detuviera, pero no me hizo caso, y mientras veía cómo la manzana era clavada, a mi mente venían recuerdos que en un principio parecían ajenos, o vistos en alguna película, pero no. Era algo real. Algo que mi memoria había olvidado por alguna razón.

Cuando estaba por entrar a la secundaria, el día de mi cumpleaños, me puse muy muy mal del estómago. No pude comer lo que me habían preparado para la cena. Ni el pastel. Me fui, después de tomarme un té, directo a la cama. Días después, mientras dormía, mi estómago me empezó a doler mucho y tenía fiebre.

Desperté a mi papá. Me dio una pastilla y me dijo que me fuera a dormir, que al otro día iríamos al médico. Pues no pude hacerlo, mi temperatura subió más y tenía alucinaciones bien gachas. Sentía que había gente alrededor de mí, volando, caminando y entrando por la ventana. Quise levantarme pero ya no pude moverme, me sentía muy mal. Recuerdo haber gritado y fue así como se dieron cuenta de que yo ya andaba colgando los tenías. Decía muchas incoherencias y seguía viendo gente. Mi papá pidió un taxi y me llevó al hospital. Me tuvo que cargar porque yo no podía moverme. En el transcurso del taxi, la gente de las alucinaciones me seguía acompañando.

Llegamos al hospital donde me atascaron de medicamentos que funcionaron de manera temporal y pude dormir. Al otro día me sentía muy mal de nuevo y me llevaron a otro hospital, donde me dijeron que lo que tenía era apendicitis. Había que operarme en ese preciso momento porque ya estaba muy grave y que si hubiera llegado un poco más tarde, no la contaba.

Recuerdo después haber despertado en una habitación, con un bote de suero en el brazo y mi mamá durmiendo a mi lado. Que no sé cómo llegó tan rápido porque yo estaba en Puerto Escondido, de vacaciones con mi papá. Bueno, pasaron 15 días eternos que estuve en el hospital comiendo pura cosa sin sabor y ya.

Todo eso, lo recordaba muy bien, lo que se mantenía oculto es lo que pasó unos minutos antes de la cirugía. De pronto, no sé cómo, desperté en el quirófano sin saber por qué estaba ahí. No sé qué es lo que me inyectaban los doctores en el brazo, pero me asusté mucho. Por todo en general. Por estar rodeado de médicos, por ver una enorme luz encima de mí y traer yo una bata blanca; y comencé a poner resistencia y gritar. Las enfermeras me tuvieron que agarrar fuerte por los brazos, pero no funcionaba. Terminaron amarrándome a algo para que no me moviera y seguían inyectándome los brazos. Aún a pesar de que estaba amarrado me seguía moviendo y poniéndome duro. Una y otra vez me inyectaban hasta que me di por vencido. La anestesia funcionó.

Y bueno. Ese el recuerdo que vino esa vez a mi mente. Creo, que esa debe ser la raíz de ese miedo que le tengo a las inyecciones, porque fue a partir de mi operación que empecé a tenerles pavor. Porque recuerdo que cuando era niño no era tan puto pa’ eso.

Ahora puedo decir que ya superé el trauma, pues cuando me lastimé mi dedo y se infectó ¿se acuerdan? me recetaron unas inyecciones, y no puse ninguna resistencia para que me las pusieran. O tal vez acepté por miedo a que se me cayera mi dedo. Sniff.

sábado, 17 de octubre de 2009

Me llamo Gezeta y soy un acosador

Cierto día de esta semana, me encontraba en el Gualmar que está a dos cuadras de mi casa, haciendo el super. Ese gualmar me gusta mucho por la cercanía, porque hay muchas cosas a 10 pesito y porque cierran a las 11 de la noche. Entonces es como mi tiendita de la esquina (Y afuera venden unos esquites bien buenos). Bueno, el caso es que bien contento me dispuse a comprar: leche, arroz, atún, jamón, pan y varias cosas que hacían falta en mi despensa.



Todo trancurrió con completa normalidad como cualquier visita al super. Comparando precios como un experto ¡Gracias mamá! Eligiendo la mejor fruta y la mejor verdura. No comprando lo que en otro lado vi más barato y así. Lo normal.

Llegando a las cajas, decidí NO pasar a las cajas rápidas, porque son todo, menos eso, Ya que como es un supermercado ubicado en una zona muy poblada, es la tiendita de la esquina para muchos también. Entonces pasé del lado de las cajas por las que no había pasado nunca; de las normales.

Resulta que el cajero, era un tipo muy atractivo, que tenía un no sé qué que no sé cómo, desde que lo vi me enamoré de él y no pude quitarle los ojos de encima.

Comenzó a cobrar, y de repente descubrí mi lado acosador, con la siguiente conversación:

CajeroGuapo: Son $137.95

Yo(mirándolo fijamente): Ok.

CajeroGuapo:
¿Ticket de estacionamiento?

Yo(aún mirándolo): Noup...

CajeroGuapo: ¿Alguna recarga que desee realizar?

Yo(casi desnudándolo con la mirada): Nop, gracias..
(pausa como de 10 segundos)

CajeroGuapo: Su pago por favor...

Yo(dejándolo de verlo y sacando el dinero): ¡Ah! ¡Perdón! Aquí tiene... (y lo vuelvo a ver)

CajeroGuapo (Se rie, más hermoso aún): Recibo, $150. Y le entrego 12 pesos de cambio.

Yo(sonriendo como idiota): Gracias....

(Pasaron más de 30 segundos, lo juro. El cerillito ya había embolsado todas mis cosas y había una chava formada atrás de mí, esperando para pasar y yo no me movía. Y seguía viendo al cajero)
CajeroGuapo(con cara extrañada): ¿Le puedo ayudar en algo más?

Yo(embobado): ¡Ehm! No, es sólo que: (de repente, como si mis palabras salieran por sí solas, y como un momento que bien pude sentirlo como en cámara lenta dije) ¡ES QUE ES-TÁS MUUY LIN-DO!

CajeroGuapo(muy sonrojado): ¡Eh...! ¿Perdón? Pues... Gracias.


De repente mordí el rebozo. La chava de atrás nos veía y sonreía. El cajero estaba rojísimo, y supongo que yo también. Me dio temblorina en los pies y agarré mis bolsas y salí corriendo. No he ido más al gualmar, pero si voy, tengan por seguro que no pasaré a esa caja NUNCA más.


¡Soy un fóquin acosador de cajeros de supermercados!

viernes, 16 de octubre de 2009

jueves, 15 de octubre de 2009

Sobre la caballerosidad

Nunca me he considerado caballeroso. No es algo que presuma, pues no lo soy.

Cedo el asiento en los camiones a l@s señor@s grandes, a las mujeres embarazadas y a los discapacitados (o, personas con capacidades distintas, pa’ no ofender). Sólo a ellos. Creo que una muchacha puede ir parada sin ningún problema. No es que sea culero, es que creo en la igualdad de géneros. No morirá ¡vamos!

No me acomido a cargar lo que una chava lleva cargando, sólo en el caso de que de plano sea excesivo y vea que ella no puede. Y lo hago por amabilidad, no por caballerosidad.

Una vez tuve una discusión con mi amiga, porque ella llevaba cargando una bolsa, con ropa, -nada pesada- y me dijo: “No seas malo, ayúdame” y yo sólo le dije: “¿Y yo por qué?” , a lo que ella dijo: “Pues porque eres hombre” . No no no, ni me lo hubiera dicho. En ese momento le contesté “Pues soy hombre, pero no tu burro para estarte cargando tus cosas” . Con asombro ella me miró y me dijo: “¡Ash! No eres nada caballeroso” . Y le dije: “Pues no lo soy, eso lo sé, pero una cosa es que yo no sea caballeroso, y otra muy distinta es que tú seas gandalla y quieras hacerme cargar algo que tú sin problemas puedes cargar. No por ser mujer debes ‘colgarte’ de eso y hacerte la débil. En todo caso, define caballerosidad primero” . Y ya a no dijo nada. Pero siguió viéndome feo.

Nunca más volvió a pedirme un favor. La caballerosidad no es para nada eso que ella cree, a menos eso es lo que opino. No es nada malo lo que dije ¿o sí? Obvio si fuera cargando un botellón de agua, pues sí le ayudo. Tampoco soy un mala onda. Sé que físicamente una es mujer más débil que un hombre. Pero no por eso es “el sexo débil”.

A veces cuando voy con un grupo de amigos y amigas, y subimos a un camión, me vale si soy yo o una mujer la que suba primero ¿Dónde quedó la equidad entonces? No dejo de ser más hombre, o ellas menos mujeres por no cumplir lo de “Las damas primero”

Creo, que si seguimos viendo a las mujeres como personas más débiles que los hombres seguiremos sin avanzar ni un cachito en eso que ellas desde hace mucho tiempo han peleado.

Odio esos pensamientos machistas que muchas siguen teniendo. Por un lado pelean por igualdad y por el otro creen que un hombre debe hacer todo lo que se les antoje. Mujeres del mundo compórtense como seres humanos, no como princesitas, que esas sólo en los cuentos.

¿Pa’ ustedes qué es la caballerosidad? ¿Hago mal?

miércoles, 14 de octubre de 2009

2004

2004 fue un año lleno de muchas emociones. Fue un año difícil, pues fue la primera vez que me salí de mi casa para vivir solo. Vivía en la misma ciudad, pero aparte. Era yo semi-independiente. Mi hermana vivía conmigo. Fue muy linda esa etapa. Vivía en un departamento cerca del centro de Oaxaca; podía estar a las mil horas de la noche en la calle sin que importara nada pues no le rendía cuentas a nadie.

2004 también fue un año triste: una de las depresiones más fuertes, si no es que la más fuerte de toda mi vida, sucedió en ese momento a causas del amor. Me enamoré de Gerardo (primera vez que menciono su nombre en mi blog, aunque hace muchos años hice alusión de él), mi mejor amigo ever en ese tiempo, y por siempre, hasta ahora. Siempre lo he dicho. No es que menosprecie la amistad de mis amigos de ahora. Pero era algo muy diferente. Algo único. Mientras duró; le declaré mi amor pensando que sucedería como la primera vez que me enamoré de alguien, y seria correspondido; pero no fue así. Me bateó a varios kilómetros, explicándome que sólo podría ofrecerme una amistad. No más. Acepté eso, pero era muy difícil consentir que estuviera con alguien más y que yo sólo era el espectador. Pasaron muchas cosas y caí en un hoyo muy profundo del que me fue difícil salir. Pasé por la etapa en que me recetaron antidepresivos.

2004 fue el año en que encontré, en mi maestra de Geometría Analítica en ese entonces, y de Cálculo III, Álgebra Lineal, y las Álgebras Modernas más tarde, a una gran amiga. Recibir los consejos de alguien más grande me hacían muy bien.

En 2004 tenía un año en que había salido –así bien- del closet con todos mis amigos, algunos maestros y mis papás. Ya lo (medio) había hecho antes, pero no por completo. Fue una etapa de descubrimiento interior muy hermosa. Conocí cosas buenas y cosas malas que me hicieron ir formando mi carácter de mejor manera. Sí, tenía yo 19 años, era ya muy grande, pero poco experimentado en muchas cuestiones.

2004 fue el año en que me refugié por completo en los pocos amigos que tenía. Era yo –sigo siendo- un payaso, que divertía a todos con sus ocurrencias. Era también, el pilar de varios otros. Porque encontraban en mí a alguien en quien confiar, que siempre podía decirles palabras de aliento y aconsejarles lo que debían hacer de sus vidas. Aunque la mía se estuviera pudriendo y no pudiera salir del hoyo en el que me había metido. Tenía varios amigos, pero no muchos en quien apoyarme cuando me sentía de la patada, pues ese mismo año, mi hermana se regresó de Oaxaca, quedándome yo solo, en una casa, que ya no estaba cerca del centro. Me refugié en la música y en escribir en una libreta cada día la manera en que me sentía. Soltaba lágrimas de vez en cuando mientras lo hacía. Y casi no dormía.

En 2004 me volví editor de una gaceta interna de la Facultad, que sólo tuvo dos números porque no recibió apoyo de los compañeros. Me decidí entonces a crear algo diferente. Algo que en ese tiempo estaba de moda: un espacio de spaces live que era completamente dedicado a la escuela, pero de manera distinta a lo que había hecho con la gaceta; era una manera graciosa de ver las cosas que pasaban dentro de una Facultad de Ciencias; llena de profesores locos y mamones; y alumnos frikis, nerds, ñoños y demás raros; Escribía cosas que divertían mucho a los demás: chismes, curiosidades y hacía fotomontajes, porque, como yo era, aparte, el fotógrafo oficial de la escuela, tenía mucho material para usar. Era un espacio clandestino, pues había que tener invitación para visitarlo y los maestros nunca tuvieron. Todos me buscaban para que les enviara una y ver quién era el próximo viboreado. Me convertí, pues, en el chismoso oficial. Fue muy divertido.

En 2004 fui uno de los alumnos más destacados. Formaba parte del Consejo Técnico y era –aunque suene mamón- la mano derecha del Director. Los maestros me querían y me pedían muchas veces apoyo en la organización de eventos. Participé, siendo consejero, en la toma de decisiones la Facultad. Las buenas y las malas. Era yo popular. Toda una celebridad.

Lo era, hasta que la depresión que en casi todo ese año me acompañó, mermó mi carácter, mi disciplina y mi organización. Mis calificaciones bajaron, borré el espacio, me volví misántropo, voluble e irreconocible; regresé a mi casa porque no podía más estando solo, e hice un cambio de amigos. Literalmente mandé, casi todo, a la verga…

Sí, 2004 fue un buen año a pesar de todo. Fue hermoso, triste, raro, difícil, emocionante, extraordinario, alegre, deprimente e inigualable. Todo a la vez. 2004 marcó mucho mi vida presente.

2004 fue el año en que empecé a bloggear.

domingo, 11 de octubre de 2009

Mal amigo

Soy un egoísta. No me gusta compartir a mis amigos. Soy una mala persona, lo sé. Mis amigos saben que tengo otros amigos, pero son como imaginarios unos de otros. Fulano sabe lo especial que es perengano para mí, y viceversa. Pero a pesar de compartir que son personas a las que les tengo mucho aprecio, no se conocen. Soy muy malo. Ni con el tiempo he aprendido. Actúo como si tratara de ocultar algo y por eso no los uno. O como si me avergonzara de algo de alguno de ellos y quisiera esconderlos. Soy egoísta, eso es.

Nunca he sabido por qué lo hago. No sé por qué resulta tan difícil y porque soy tan culero. Mis círculos sociales son conjuntos cuya intersección es el vacío. Conjuntos ajenos. Soy muy malo. No merezco los amigos que tengo.

Carolina, mi roomie, por ejemplo, desde que llegué a Puebla, me ha presentado a varios de sus amigos, y me ha invitado a fiestas con ellos. Me gusta acompañarle, me gusta conocer gente nueva; pero yo, yo soy un culero. La poca gente que he conocido la he tenido sólo para mí. No le he presentado a nadie. Ella no me ha dicho nada al respecto, pero yo solo me he dado cuenta. Obviamente, no es ella. No es una mala persona que no merezca conocer a mis amigos. Soy yo. Un egoísta que no sabe si quiera por qué lo es.

Soy muy egoísta, Todos mis amigos más cercanos de Oaxaca saben a quién me refería cuando les hablaba de Othón hace un par de meses, pero nadie supo cómo era él.

No recuerdo desde cuando soy así, pero sé que antes no lo era. No recuerdo en qué momento pasó, pero no me di cuenta.

Soy basura. Anden ya, díganlo.

viernes, 9 de octubre de 2009

24. Todo lo que tengo




Recomiendo no intentar eso con los asaltantes.
Y no. no son mis contraseñas.

jueves, 8 de octubre de 2009

This is why you’re fat (o, la ruta de los antojitos poblanos)

Uno luego quiere cuidar la línea y comer saludablemente, pero a veces no se puede chingáo. Y más cuando somos bien tragones y nos gusta probar la comida típica de otros lados para saber e ir decidiendo. Pero de plano cómo es difícil si uno está en la calle y tiene antojo de algo porque como en todos lados abundan los antojitos que si bien saben bien ricos, o están fritos o están dentro de un pan. Acá, no ha sido la excepción, me he topado con toda clase de comida bien nutritiva que luego me pregunto que por qué estoy obeso.

Molotes: Son unas quesadillas que se preparan de requesón, papa, sesos, chicharrón o tinga; que se ponen a freir en HARTA grasa, Lo peor de todo es que casi no se escurren. Así saliendo de la esa cosa con aceite se ponen en un plato, se les pone salsa encima y harta crema ¡Pero qué buenos saben! : En Oaxaca también existen, pero sólo con el mismo nombre, porque son cosas distintas los molotes oaxaqueños de los poblanos.

Esquites: Aparte de la variedad que, creo que todo mundo conocemos. De maiz hervido con mayonesa, limón chile y queso, hay unos acá que son fritos ¡O sea! Si todavía no es suficiente que lleve mayonesa, son fritos y llevan pedacitos de algo, que creo que es chicharrón.

Memelas: Acá en puebla las memelas se hacen con una tortilla MUY gorda a la cual le ponen mucha manteca, luego salsa y queso. Muy parecidas a las de otros lugares, y a las de Oaxaca, sólo que allá en lugar de manteca se les pone “asiento” una variante de la manteca, pero en color café. Es lo que resta de cuando se fríe el chicharrón. No sé si engorde más pero sí sabe más bueno.

Quesadillas: Hagan de cuenta que es la misma tortilla obesa de las memelas pero les ponen quesillo (queso Oaxaca) y flor de calabaza o chicharrón o longaniza o lo que quieran. Igual que en Oaxaca, sólo que allá son con tortilla más delgada y son asadas. Acá ¡Adivinaron! Le ponen manteca también en el interior.

Chalupas: ¡Oh mai fóquin god! Es la oda a la manteca. Son unas memelas más pequeñas. Mismo procedimiento; pero una vez que ya están hechas se meten a NADAR, literalmente en aceite. Y así, sin escurrir ni nada se ponen en el plato y bon appétit!

Cemitas: Bueno, creo que todo mundo las conoce. Si no, pues son unas tortas pero preparadas no con bolillo, sino con un pan especial que se llama Cemita, es crujiente y con ajonjolí encima. Parecido a los bollos para hamburguesas, pero no son pachonchitos. Las originales llevan pápalo, una hierba de sabor algo fuerte que no a muchos gusta. Generalmente son de milanesa con quesillo, aguacate, etc.

Empanadas: Hay por la calle de 5 de mayo chingos de vendedores de empanadas, son unos triangulotes de pasta hojaldre, horneadas y rellenas. Hay de varios sabores. Dulces: de piña y crema, o saladas: hawaiana o árabes.

Pelonas: Son igual, como tortas, de pan blanco de forma redonda, partidas por la mitad y fritas en manteca, además untadas de frijol, con relleno de carne y salsa roja o verde.

Chanclas: No las he probado pero son como las tortas ahogadas de Guadalajara. Algo así. Pero creo que están rellenas de queso y aguacate. No sé bien. Algún poblano que me diga.

Tacos árabes: En Puebla son DEMASIADO populares. Hay puestos de tacos árabes por todos lados. Ya los han de conocer ¿no? Si no pues gugleénlo no sean flojos. Pero acá hay todo árabe. Cemitas árabes, tortas árabes y hasta cebollas rellenas de carne árabe.

Papitas: En Oaxaca no es tan común, bueno sí, pero en el centro. Pero acá venden papas fritas y/o churritos “caseros” (como los churrumáis) en casi cada esquina. En las plazas y por todos lados.


¡Y ya!


¿Y luego que por qué estoy gordo? =(

miércoles, 7 de octubre de 2009

El gusto, del gusto, se rompe en géneros

Siempre, desde niño, mi mamá me enseñó a comer de todo. Y realmente nunca puse pero de nada de lo que me daba. Nunca tuve problema con las verduras como los demás niños. Me encantaban las papas, el betabel, las calabacitas y todo. Si acaso, tenía problemas pero con el chayote, que no era de mi completo agrado, sin embargo me lo comía.

Cuando más grande, y tuve chance de elegir, comencé a darme cuenta que había algo que no me gustaba para nada. LAS ALBÓNDIGAS, nunca me gustaron. El sabor que adquiere la carne es muy distinta a si es cocinada de otra manera. El caldo (de las albóndigas, obviamente) tampoco me gusta. No no no. si hay algo que no me gusta es eso. ¡Ah tampoco me gusta la NATA! iiiug!!! Bueno, el pan de nata sí.

Bueno, es bien sabido que hay muchos ingredientes y comidas odiadas por muchos. Creo que los más populares (odiados) son:

Ajo, cebolla tomate, pasitas, verduras en general y papaya.

Pero hace rato se me ocurrió preguntar en por facebook y en twitter ¿Qué es lo que no les gusta PARA NADA de comer? Y recibí muchas respuestas que no esperaba.













Bueno, después se desprendió todo una discusión por la papaya, y la otra papaya, y bla blá blá, pero... ¡Cómo puede no gustarle a alguien las pasas, el chicharrón, la mayonesa, el aguacate, el pozole, LOS CHILES RELLENOS, etc?

No no no, de verdad que ¡qué loco está el mundo! Me gustan muchas cosas que a los demás no, y estoy seguro que muchos AMAN las albóndigas.


Ahora, antes de empezar su comentario enlisten esos alimentos y/o comidas que odian, no les gustan y/o les dan asco.

martes, 6 de octubre de 2009

Impuntualidá

Casi siempre fui puntual. Y digo casi siempre porque ahora sí lo soy (de nuevo), sólo que en Oaxaca, en los últimos meses que estuve ahí me volví super impuntual. Si no pregúntenle a andantte.

Bueno, decía que casi siempre fui bien puntual. Me daba miedo cundo tenía que estar en tal lugar a cierta hora y ya faltaban cinco minutos. Me entraba una desesperación de querer volar o detener el tiempo en lo que llegaba. Culpa de ser obsesivo compulsivo, ya ven.

El caso es que llamaba o mandaba un mensaje a la persona o personas con las que me iba a reunir para que me esperaran y para que no me quemaran en la hoguera porque iba a llegar un poco tarde.

Cuando llegaba al lugar, la desesperación era mayor si no encontraba a alguien. Creía que me habían plantado por haber llegado 2 minutos y 37 segundos tarde, pero resultaba que recibía un mensaje yo también que decía:
"No te preocupes, yo apenas voy saliendo de mi casa"

Al principio me entraba una sensación de alivio. Ya después con el tiempo fui aprendiendo que casi todo el mundo es impuntual, pero a pesar de eso no podía evitar llegar SIEMPRE antes de la hora acordada. Quince minutos antes como mínimo. Todo un friki.

Después, gracias a eso. Tuve la mala costumbre de llegar siempre tarde porque sabía que por más temprano que yo llegara siempre los demás llegarían tarde. Pero no fue así. Conocí personas que sí eran puntuales y tuve que aprender a ser puntual de nuevo.

Ahora ya soy puntual de nuevo, pero no a un grado excesivo como lo era antes. Ya no soy tan friki pues.

Y de todo esto me acordé hace unos días mientras iba en el camión y escuchaba a un tipo hablando con alguien por su Nextel:
Tipo 1 (contestando el teléfono): Hola. Sí, estoy ya por la Noria (Aún falta mucho para la Noria, mínimo unos 15 minutos)

Tipo 2: Apúrate pues.

Tipo 1: Sí, pero además quedamos a las 4 ¿no? (Son las 5:30)

Tipo 2: Pues sí, pero ya son las cinco y media.

Tipo 1: ¡Ah! es que mi reloj está mal (No tiene reloj) ¡Pero ya ya!, ya me estoy bajando del camión . (Seguimos en el mismo lugar, el semáforo sigue en rojo)

Esto sí ya es una grosería ¿no? Pero de verdad conozco a muchos que hacen eso. Inventan cualquier tipo de cosas cuando ya saben que van tarde. Y es cosa de toooodos los días. Son de ese tipo de personas que cuando todos invitan a un lugar le dicen una hora antes para que llegue -más o menos- con tiempo. Pero aún así llega más tarde.

Son unos mitómanos impuntuales.

¿Conocen personas así?

viernes, 2 de octubre de 2009

23. Rumores



¡Gracias a simiodo por darme la idea para esta Histerieta!

jueves, 1 de octubre de 2009

Tremofobia

Ayer fue 30 de septiembre:
Con una magnitud de 7.5 grados en la escala Ritchter y con epicentro en el norte de Puerto Escondido, hace 10 años a las 11 de la mañana aproximadamente empezó mi fobia por los temblores y terremotos.
Era un día muy normal. con cielo nublado. Aún recuerdo que el cielo lucía "aborregado" y una compañera dijo, mientras íbamos a la cafetería: -Mira el cielo está aborregado. Hoy temblará. ambos reímos. Creencia de los pueblos, já.
Tenía clase de Biología y todo estaba muy aburrido. De pronto a lo lejos un retumbido nos hizo a todos ponernos alerta. El sonido, muy similar a un avión cuando despega nos tranquilizó, por estar acostumbrados ya que mi escuela estaba a un costado del aeropuerto. El crujido no parecía detenerse y el avión no parecía llegar, algo estaba mal; El sonido de repente se hizo más fuerte y todo comenzó a moverse de abajo a ariba. Era un temblor. Uno como muchos otros que había vivido. La profesora sólo atinó a decir -Jóvenes, tranquilícense por favor. No pasa nada. Pero en ese instante el temblor se volvió oscilatorio y más fuerte. Nadie hizo caso ya de la señal y del No corro, No grito y No empujo. Y esas, precisamente se volvieron las órdenes del momento.
El caos se apoderó del salón y todos comenzaron a salir desesperadamente. Tanto que tres sillas quedaron atrapadas en la puerta e impidieron la salida de los que aún quedábamos. Los gritos, el sonido de la tierra, el movimiento, los empujones y las paredes cuarteándose me hicieron, y creo que a muchos pensar que de esa no salíamos. Los 45 segundos que el temblor duró eran eternos y estar atrapado en ese lugar hacía que la desesperación causara pánico en todos.
Cuando todo pasó parecía que el temblor seguía, pero eran las piernas temblando por el miedo. Gritos por todos lados, vidrios rotos. Caos total. Parecía que lo más feo había pasado. Pero de camino a casa (porque no había taxis ni camiones) el panorama era horrible. Casas caídas, Árboles tirados, carros volteados y gente histérica. La incertidumbre ahora de pensar en la familia causaba un vacío horrible. Los daños, a pesar de estar en el lugar del epicentro eran evidentes, pero nada comparables con los que se hubieran causado en una ciudad de construcciones grandes y suelo tan suave como el de la Ciudad de México.
Sé que mi miedo es irracional pues no perdí a nadie, ni nada en ese temblor, pero imaginarse en esa situación de nuevo me causa tanto pavor, y peor morir emparedado. No es algo que me agrade mucho.
Ahora, con cada sismo me entra un miedo horrible. Sé qué hacer y sé tranquilizarme, pero es feo tener fobia a los temblores pues es algo que no se puede prevenir y en cualquier momento nos toma otro por sorpresa. Aparte que vivo en zona altamente sísmica chingáo.
¿Y ustedes? ¿Cuál es su más grande miedo?