miércoles, 21 de septiembre de 2011

Entre lo correcto, lo fácil y lo cómodo

Nunca he entendido por qué, en el metro,  la gente se mete a los vagones que van más llenos (los de en medio) pudiendo caminar un poco más a los primeros o los últimos que generalmente van más vacíos. No se trata ya a estas alturas de encontrar lugar sino de viajar cómodo. Libre de apretones y con  gente horrible y gente apestosa


Nunca he entendido por qué la gente es masoquista con asuntos tan sencillos como comprar boletos en el metro. Están acostumbrados a comprar UN solo boleto y hacen una cola como de 20 personas CADA DÍA, A CADA RATO para tal. ¿Por qué no comprar de varios de una sola vez? ¿Por qué? Tan sencillo que es comprar de a varios, ¡por lo menos dos! Que al final, toma la misma cantidad de tiempo y se evitan así filas enormes, pérdida de tiempo y agotamiento. Aplica para el metrobús también.


Nunca he entendido a aquellos ciclistas que consideran más fácil ir por el lado del ciclocarril donde están que por el que es correcto, estorbando, pitando( claoneando, ringrineando o cómo se diga) y desesperando aunque sepan que son ellos los que van en sentido contrario y que está mal. O aquellos que van por la banqueta, ringrineando también como si de ellos fuera. ¡La banqueta es de los peatones!


Nunca he entendido a aquellos peatones super maleducados que se cruzan por donde no se debe o que caminan por el ciclocarril y se enojan cuando los ringrineas como si la culpa fuera de uno.


Nunca he entendido a aquellos tipos horribles que van del lado de las mujeres en el metrobús y se hacen los dormidos cuando una mujer les reclama. Aunque tampoco entiendo por qué, después de muchos años sigue habiendo esa división. O en el metro. O los RTPs exclusivos de mujeres; sinónimo de que la lucha por la equidad de género no ha servido de nada.


Nunca he entendido a la gente que hace lo incorrecto porque es más fácil o lo más fácil aunque no sea lo más cómodo.