sábado, 11 de julio de 2015

Creo que abusé de las comillas

Los que me conocen saben que soy una persona intensa y de "mecha corta" y que basta solo hacerme enojar tantitito para ponerme iracundo y explosivo, pero pese a todo, soy una persona muy respetuosa y sé cuando y cómo comportarme, sin embargo, una vez que mi paciencia (que algunas veces es mucha) se agota, despiertan al Mr. Hyde dentro del Jekyll que trato de ser siempre porque si no, me consigo muchos problemas. Aunque esa es otra historia.

Una amiga me invitó a una comida familiar. Era el cumpleaños del hijo de su prima. Fuimos su mamá, ella y yo hasta tierras muy lejanas a la promesa de una carne asada muy deliciosa que realmente lo fue. Estoy respirando pesado y sudando ácido úrico mientras escribo estas líneas. Todo estaba bien, me sentí un poco como en casa porque el norte es bien padre y aunque no es el mismo "norte", todo me parecía muy familiar.

Total que justo cuando la carne estaba lista y nos disponíamos a comer, llegó un amigo del esposo de la prima de mi amiga, con sus CINCO HIJOS (creo que desde aquí empieza el problema). Todo iba bien y el tipo parecía muy cagadito con sus comentarios llevaditos y "fuertes" hasta que "fuerte" dejó de tener comillas y se convirtió en algo literal. Cruzando muy aventurada y deliberadamente la barrera con lo grosero.

Yo soy muy callado y hasta un poco tímido al principio con gente que no conozco y entiendo y marcó perfectamente las diferencias de con quien me puedo llevar pesado y con quien no. Por supuesto, si soy el nuevo en un grupo de gente, trato de llevar todo bien, sin juegos, bromas y demás cosas que no me da la poca confianza para hacerlo. Me molestaba su actitud pero no hice nada, pues ni era conmigo ni contra mí, hasta que osó incluirnos en su "jueguito". El cual nunca propiciamos mi dimos pie para que lo siguiera.

Como suelo hacer cuando alguien no me cae bien, empecé a ignorarlo sin mas ni más. Marcando una clara barrera entre lo que decía, hacia y lo que yo quería que formara parte de mi conversación/interacción. Y no me molesta ni me preocupo porque la gente se dé cuenta que los estoy ignorando.

Cuando todos se dieron cuenta que sus comentarios eran muy incómodos y fuera de lugar, solo reían y en cierta forma, le daban cuerda para continuar pues no lo ponían en su lugar. Yo no me pude aguantar y le respondí feo haciendo alusión a que se callara u que le valía - lo que sea que estaba criticando en ese momento-

Por un momento me sentí mal pues yo era el nuevo ahí. El invitado del invitado. El que no tiene nada que hacer metiéndose en cosas que no le importan. Pero si nadie se atrevía a responderle ni llevarse pesado de vuelta porque él es el amigo del esposo de la prima de mi amiga, ¿Quién le dio derecho a él de meterse con los amigos de la esposa de su amigo? Me parece bien padre romper el hielo con gente nueva, que supongo es lo que él en su infimo mundo sin tele con CINCO HIJOS (con un año de diferencia cada uno) quería hacer, pero hay formas. Y faltar el respeto de los demás no es claramente una.

A mí podrán hacerme todo el bullying que quieran (otra cosa es que lo permita y no (o si) me defienda) pero con mis amigos, mi familia y la familia de mis amigos no se metan porque voy a brincar sin importar las consecuencias.

Lo bonito de todo es que (tal vez me lo imaginé) sentí que todos respiraron un poco aliviados después de mi osadía de responderle al que primero atacó. Y la conversación pasó de estar esquivando ataques y groserías "cagadas" a algo más ameno. Pues no le quedó de otra que callarse. Además que lo empezaron a ignorar poquito.

Ya, neta, ¿Qué pasa por la cabeza de la gente que es así de nefasta? ¿no se dan cuenta de que lo están haciendo mal? ¿Qué esperan recibir? ¿QUÉ ESPERAN OBTENER? ¡¿POR QUÉ TIENE CINCO HIJOS?! ¡¿POR QUÉ?!