Mi hermana y yo tenemos un acuerdo para cocinar. Un día le toca a ella y un día me toca a mí.
Hoy le tocó a ella y preparó unos camarones al mojo de ajo. Normalmente le quedan endiabladamente deliciosos.Pues desde que llegué de la escuela noté el olor a camarones al mojo de ajo y salivé todito, jijijii. El caso es que cuando quería probarlos mi hermana en Slow motion lleegó corriendo gritando:
¡Nooooooo-oooooo-o-o-o-o-o! Me-e quee-daa-roooon Saaalaaa-a-doo-os! (Léase en cámara lenta)
Y pues sí. Los camarones quedaron saladísimos que resultaron casi incomibles. Sólo porque tenía mucha hambre no les hice el fuchi.
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chido
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