jueves, 24 de julio de 2008

Confesiones de un wey pre24 desesperado

Tengo una facilidad tremenda para enojarme con la gente. Agarro parejo. A veces me molesto sin alguna razón, pero hay veces que es con todas las de la ley. Me gusta mucho estar siempre rodeado de gente, compartir alegrías, momentos chidos, café, cine, antro y muchas cosas más, pero como ser humano no todo está siempre bien, así que hay muchas veces (más bien pocas, pues me gusta más escuchar que decir) que me gusta también tener gente en quien confiar, gente a la que yo le pueda compartir también mis desgracias, mis tristezas, ser el que habla y no el que escucha, ser el aconsejado y no el que da consejos. Me gusta sentir que la gente se preocupa por mi como yo me preocupo de ellos. Desgraciadamente no siempre es así o a veces creo que espero demasiado de la gente, no puedo cambiarlos, pero también sé que para un amigo siempre hay tiempo. Por más ocupados que estemos creo que siempre hay tiempo. Soy una persona un poco cerrada, casi nunca me gusta decir lo malo de mí, hay ocasiones incluso en que pinto una sonrisa en mí para ocultar cuando las cosas no van bien y sé que es un error, un error grandísimo que me hace acumular las cosas y de repente ¡simplemente explotar! Eso me ha llevado a muchas discusiones e incluso a alejar algunas personas de mi vida. ¡No se vale arrepentirse! Pero cómo no hacerlo cuando pierdes a personas importantes para tí, personas que realmente aprecias. Hoy no sé si es más grande mi orgullo o mi decepción. Mi crisis o mi reclamo de derechos que como tales no existen, pero son importantes. Sonaré lo más cursi y patético del mundo (pero de aquí al 5 de agosto esperen lo que sea) pero un amigo es como una planta, no puedes simplemente sembrarla y dejarla ahí a la buena de Dios, es algo que debes de cuidar, valorar, regar para evitar que se seque. No es cualquier cosa... Y bueno aprovechando que estoy cursi, quiero decir a todos mis amigos y personas que me conozcan que estén leyendo este blog que me perdonen por las veces que he sido mal amigo, por las veces que no he estado ahí cuando me necesiten, pues si estoy exigiendo algo por lo menos debo de darlo y si no ha sido así pido perdón.

Creo que algo que me gusta mucho de mí es el EseQuéQueNoSéCómo hace que la gente confíe terriblemente en mí, que me confíen secretos y cosas que a nadie más han dicho. Eso me hace sentir especial para la gente. Pero muy pocas veces y debo confesarlo mis amigos me hacen sentir algo especial, algo distinto a los demás. por eso muchos son mis amigos, pero pocos mis AMIGOS. El asunto acá es que no debo estar ahí por la vida esperando algo de los demás. Ellos son como son y se acabó.

Es demasiado tarde para cambiar muchas cosas, no pienso ya mover un dedo para solucionar LA situación que me atormenta desde hace unos días, tengo culpa y lo sé por todo esto que he dicho, pero también siento que no soy el único. Puede ser que esté en un gran error, pero esta vez lo dejaré como moraleja y un tropiezo del cual pienso levantarme pronto y del cual pueda aprender algo bueno. Si algo se soluciona, no estará en mi buscarlo. yo sólo quería hablar. Tengo excelentes amigos quienes podrían escucharme sin ningún problema, pero ¡yo ya había elegido! y mi elección fue mala. No se vale arrepentirse pero esta vez si lo hago.

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