En estos días han pasado tantas cosas, pero tantas que no sé ni cómo unirlas, porque como dijera mi amigo andantte va todo junto con pegado. Tratemos:
De la vanidad
En estos últimos días después de mi rara anorexia de hace tres semanas, me he dado cuenta de algo que no sé si sea bueno o no: Me he vuelto muy vanidoso. Ahora me preocupa más mi aspecto personal, eso es bueno. Es que con la “anorexia” (sigámosla llamando así hasta que descubra el nombre para esa etapa por la que pasé) bajé de peso mucho, eso es malo. Lo suficiente como para darme cuenta que me gusta como me veo ahora y que quiero desaparecer las lonjitas que aún quedan, eso es bueno. Maldita obesidad.El problema es que casi siempre que tomo una decisión soy muy drástico y ahora no como NADA fuera de la hora de comidas, eso es bueno. Y si tengo hambre dejo de pensar en ella y desaparece por arte de magia, cosa que no podía hacer antes, y como hasta la hora de la comida.
Hace unos días que fui a los tacos con mi roomie me comí dos. SÓLO DOS, y normalmente me comería cuatro o cinco, o seis, o más tomando en cuenta que era a la hora de la comida y no en la cena, y que no había desayunado.
Me da un poco de miedito eso. Ahora como menos y no es que me mate de hambre, es simplemente que no me da, eso es bueno. Lo cual espero no tenga ningún trasfondo psicológico relacionado con la vanidad, eso es malo. No me reconozco diciéndole a mi roomie: ¿Estoy gordo? Exactamente como la primera Historieta de toda la historia de las Historietas ¿Recuerdan? Eso es malo. Pero ya neta ¿Estoy gordo?
Casualidades y causalidades
No he platicado la historia de cómo llegué acá donde ahora vivo, y no sé por qué si es bien posteabilísima, fue así:
El día que llegué a Puebla por primera vez para buscar dónde iba a vivir fue bien raro. Empezando que por cuestiones raras no pude salir sino hasta las 5 de la mañana del siguiente día al que pensaba. Llegué desveladísimo, cof cof, a la terminal, me esperé un rato y me fui directo a la universidad para inscribirme. Cuando iba en el camión me di cuenta que no tenía suficiente dinero para pagar la inscripción, entonces me bajé en el centro para buscar algún cajero y ya luego ir de nuevo pa’llá. Bueno, pues me bajé con mi maletota en el centro y me dispuse a buscar un cajero. Cuando pasaba cerca del zócalo de Puebla me encontré a una amiga de Oaxaca que conozco desde hace como 4 años; hermana de la que fue por mucho tiempo mi mejor amiga… Bueeh… el caso es que ella iba saliendo del periódico. Fue a poner un anuncio en donde decía que compartía su departamento y bla bla blá. Como no me habían confirmado del lugar en donde iba a vivir pues le dije que me llevara a conocerlo para ver qué tal. Y que me gusta, y que acepto. Y aquí estoy, en mi cuarto con vista a los volcanes. Bueno, en el cuarto de al lado ahora, pero sigo teniendo vista a los volcanes, y ya tengo clóset, antes no tenía.
Viviendo con desconocidos
Una de las roomies con las que vivimos (tiempo pasado) es una chava persignada de pueblo que le molestaba vivir con un hombre. A pesar de que soy gay, y a pesar de que casi ni nos veíamos porque yo me la paso de pata de perro y sólo llego a dormir a la casa y salgo de ella a las 6:30 de mañana de lunes a viernes (cuando me levanto temprano para ir a la escuela) y los fines de semana ella se iba a su rancho. El caso es que según ella no tenía ningún problema pero después su mamá habló por teléfono de que ella dijo que no le gustaba eso y shalalá shalalá. Se fue así de repente, vino por sus cosas temprano. Su papá armó un pancho y desapareció. Ahora tenemos el otro cuarto desocupado y estamos en busca del roomie ideal ¿Alguien quiere venirse a vivir a Puebla y tener vista al Popo y el Izta?
Y ya, fin de este chafipost
De la vanidad
En estos últimos días después de mi rara anorexia de hace tres semanas, me he dado cuenta de algo que no sé si sea bueno o no: Me he vuelto muy vanidoso. Ahora me preocupa más mi aspecto personal, eso es bueno. Es que con la “anorexia” (sigámosla llamando así hasta que descubra el nombre para esa etapa por la que pasé) bajé de peso mucho, eso es malo. Lo suficiente como para darme cuenta que me gusta como me veo ahora y que quiero desaparecer las lonjitas que aún quedan, eso es bueno. Maldita obesidad.El problema es que casi siempre que tomo una decisión soy muy drástico y ahora no como NADA fuera de la hora de comidas, eso es bueno. Y si tengo hambre dejo de pensar en ella y desaparece por arte de magia, cosa que no podía hacer antes, y como hasta la hora de la comida.
Hace unos días que fui a los tacos con mi roomie me comí dos. SÓLO DOS, y normalmente me comería cuatro o cinco, o seis, o más tomando en cuenta que era a la hora de la comida y no en la cena, y que no había desayunado.
Me da un poco de miedito eso. Ahora como menos y no es que me mate de hambre, es simplemente que no me da, eso es bueno. Lo cual espero no tenga ningún trasfondo psicológico relacionado con la vanidad, eso es malo. No me reconozco diciéndole a mi roomie: ¿Estoy gordo? Exactamente como la primera Historieta de toda la historia de las Historietas ¿Recuerdan? Eso es malo. Pero ya neta ¿Estoy gordo?
Casualidades y causalidades
No he platicado la historia de cómo llegué acá donde ahora vivo, y no sé por qué si es bien posteabilísima, fue así:
El día que llegué a Puebla por primera vez para buscar dónde iba a vivir fue bien raro. Empezando que por cuestiones raras no pude salir sino hasta las 5 de la mañana del siguiente día al que pensaba. Llegué desveladísimo, cof cof, a la terminal, me esperé un rato y me fui directo a la universidad para inscribirme. Cuando iba en el camión me di cuenta que no tenía suficiente dinero para pagar la inscripción, entonces me bajé en el centro para buscar algún cajero y ya luego ir de nuevo pa’llá. Bueno, pues me bajé con mi maletota en el centro y me dispuse a buscar un cajero. Cuando pasaba cerca del zócalo de Puebla me encontré a una amiga de Oaxaca que conozco desde hace como 4 años; hermana de la que fue por mucho tiempo mi mejor amiga… Bueeh… el caso es que ella iba saliendo del periódico. Fue a poner un anuncio en donde decía que compartía su departamento y bla bla blá. Como no me habían confirmado del lugar en donde iba a vivir pues le dije que me llevara a conocerlo para ver qué tal. Y que me gusta, y que acepto. Y aquí estoy, en mi cuarto con vista a los volcanes. Bueno, en el cuarto de al lado ahora, pero sigo teniendo vista a los volcanes, y ya tengo clóset, antes no tenía.
Viviendo con desconocidos
Una de las roomies con las que vivimos (tiempo pasado) es una chava persignada de pueblo que le molestaba vivir con un hombre. A pesar de que soy gay, y a pesar de que casi ni nos veíamos porque yo me la paso de pata de perro y sólo llego a dormir a la casa y salgo de ella a las 6:30 de mañana de lunes a viernes (cuando me levanto temprano para ir a la escuela) y los fines de semana ella se iba a su rancho. El caso es que según ella no tenía ningún problema pero después su mamá habló por teléfono de que ella dijo que no le gustaba eso y shalalá shalalá. Se fue así de repente, vino por sus cosas temprano. Su papá armó un pancho y desapareció. Ahora tenemos el otro cuarto desocupado y estamos en busca del roomie ideal ¿Alguien quiere venirse a vivir a Puebla y tener vista al Popo y el Izta?
Y ya, fin de este chafipost
10 comentarios:
no se que decir, tengo mucha alergia y así y no puedo pensar, mejor regreso luego, nada mas dejo huella de que ya vine y lei xD
combo pa´ti
yo quierooo =)
me esperas dos años?
uyyy no pues pobre chava!! del cuarto pues no creo eh? acva tengo vist a otro volcan tambien
pero por aca visitare
Es mejor que comas mas y sano, asi aceleras tu metabolismo, y bajas de peso.
Dato cultural xD
Vanidad: ¿en serio que te has vuelto gordo? Lo dudo.
Casualidades: Eso sí es tener suerte.
Roomies: Me apunto, me apunto...
PD: ¿Y la choluleña?
:P
Oye, ¿de dónde es eso del "shalalá shalalá"? Es de Puebla, ¿no? ¿O tú ya lo decías en Oaxaca?
No Jaime, eso no lo decía aquí, aunque aquí también lo dicen, creo que lo que pasa es que se ha vuelto medio fresón...
vientos por el gusto de gustarte, malo por el ego...
vientos por escribir, malo por tardarte...
un abrazo amigo mío, sigo esperando la fecha...
No Jaime, eso no lo decía aquí, aunque aquí también lo dicen, creo que lo que pasa es que se ha vuelto medio fresón...
vientos por el gusto de gustarte, malo por el ego...
vientos por escribir, malo por tardarte...
un abrazo amigo mío, sigo esperando la fecha...
Uy pues que eso de pasar de peso no sea obsesivo.
Jajajaja esa historia de la chava que vivía contigo, me suena harto conocida. Hubo un escandalito asi con una de mis amigas cuando estaba en la uni. Saludos.
Ooorale ke cagado yo vivo en Puebla, yo tngo compañeros oaxakeños en mi especialidad, y uno habla como tu escribes, sin ningún tipo de discriminación presiento ke tmb es gay
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